5 de Junio | Dia Mundial del Medio Ambiente
Desde el agua que bebemos, el tipo de comida que consumimos, las enfermedades que padecemos y el clima que permite nuestra vida en este planeta; todo está involucrado en una amplia red natural;
que hoy nos está exigiendo compromiso en su cuidado con extrema urgencia.
Desde hace ya 48 años la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que el 5 de Junio se celebra el Día Mundial del Ambiente. La iniciativa de considerar este día conmemorativo tiene el objetivo de poder potenciar las acciones vinculadas a la difusión y concientización acerca del impacto de los problemas ambientales a nivel global; promoviendo la construcción creciente de una conciencia ambiental en el mundo entero.
Este 2020 el tema seleccionado ha sido la biodiversidad, presentada bajo el lema “La hora de la naturaleza”. “Eventos como los incendios forestales en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de Africa y ahora la pandemia de COVID-19 demuestran la relación inextricable entre los humanos y las redes naturales en las que vivimos”, postula la ONU en su presentación de este 2020 refiriendo a que la creciente pérdida de biodiversidad que afecta a nuestro planeta es una preocupación urgente.
La biodiversidad incluye a la diversidad genética producto de la vida de más de 8 millones de especies diferentes, que conviven en distintos ecosistemas; y que tiene influencia directa en nuestras formas de alimentación y producción, en el sostenimiento de la salud, en el desarrollo científico y educativo; en definitiva en cada uno de los aspectos de nuestra vida.
La fragilidad presente del equilibrio entre los distintos factores ambientales y la preocupante pérdida de biodiversidad; ponen en riesgo las condiciones de cuya estabilidad depende la vida de los seres vivos de nuestro planeta; a la vez que altera las formas de desarrollo de aspectos climáticos
Biodiversidad y cambio climático
La tendencia mundial, según lo establece la Organización Meteorológica Mundial, muestra un incremento en las temperaturas medias, especialmente en los últimos 5 años, período en el cual se alcanzaron valores que superaron los previstos. Se estipula que desde 1970 la temperatura media mundial se ha incrementado en 0,86° C, en tanto las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico lo hicieron en un 26%. Los indicadores que determinan el grado de avance del cambio en el clima del planeta se han visto acelerados en el último quinquenio; entre ellos la temperatura media mundial, el CO2 atmosférico, el nivel del mar, el Ph y nivel calórico de los océanos, ente otros.
Los ciclos vitales de plantas y animales de todo el planeta, están fuertemente ligados a las condiciones climáticas propias de cada lugar. La floración de las plantas y la época de producción y maduración de frutos, la migración de infinidad de especies en busca de alimentos, por reproducción o por resguardo de condiciones climáticas extremas; las condiciones óptimas para la reproducción de especies marinas; la polinización que asegura la diseminación de especies vegetales, entre otros y mucho procesos están determinados por las condiciones en que se gestan. Un modificación acelerada de dichas condiciones pone gravemente en riesgo el desarrollo de estos procesos; y desencadena una serie de consecuencias interrelacionadas de amplia magnitud para la vida humana, y terrestre.
Un informe reciente presentado por la OMM confirma que el periodo 2015-2019 fue el más cálido; y según las predicciones en base a los datos meteorológicos existentes, el próximo quinquenio 2020-2024 se espera se superen nuevamente los valores de la temperatura media mundial. El Secretario General de la OMM Petteri Taalas mencionó que “Debemos mostrar la misma determinación y unidad contra el cambio climático que contra el COVID-19. Tenemos que actuar juntos por el interés de la salud y la prosperidad de la humanidad, no solo durante las próximas semanas y meses, sino pensando en muchas generaciones futuras”.
El llamado de atención es tan claro que es imposible no escucharlo, y la toma de medidas sostenibles en el largo plazo que mitiguen el efecto de las acciones humanas sobre el ambiente debe estar entre las prioridades de políticos, organizaciones y ciudadanos en general.
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